jueves, 27 de octubre de 2011

El amor entra por la cocina afrodisíaca


Mucho se hablado acerca de la comida afrodisíaca y en realidad cada vez que oigo mencionar el tema recuerdo aquello que solía repetir mi abuela y solo años después pude comprender: el amor entra por la cocina.diariofemenino.com

Niña al fin me cuestionaba esa puerta de entrada a una casa: “La sala de estar o el recibidor suelen ser más acogedoras que la siempre calurosa cocina”, decía yo y solo conseguía hacer reír a las adultas que eran testigos de mi reflexión.Como água para chocolate

Hoy sé que mucha razón llevaba mi abuela y a quien tenga dudas recomiendo la lectura de la novela Como agua para chocolate, de la mexicana Laura Esquivel, texto que consigue, como pocos, explicar toda esa maravilla de sensaciones que podemos transmitir cuando elaboramos un plato, sea el que sea.

Pareja comiendo
En torno a este tema no faltan aguafiestas que ponen en duda la existencia de poderes en plantas, raíces y semillas que despierten el deseo y el vigor sexual. Esos achacan cualquier reacción posible a los poderes de la mente, y niegan los testimonios que desde la Antigüedad hasta nuestros tiempos alimentan la tesis de que existen especies, alimentos, ingredientes… con una alta carga erótica.Afrodita, diosa griega del Amor

El término afrodisíaco proviene de Afrodita, diosa griega del Amor, que surgió desnuda de la espuma del mar de Cythera en el siglo VI, antes de Cristo (a de C) y Homero la señala en su himno como responsable de poner el deseo en las fieras, los hombres y los dioses, hasta hacer extraviar la razón de Zeus.

La primera mención a los afrodisíacos aparece en unos papiros egipcios de los años 2200 y 1700 a. C. . También en la Biblia, en los libros de amor de La India, de la Antigua Grecia y en las recetas de los árabes, se mencionan estas “sustancias milagrosas”.

Los primeros afrodisíacos eran plantas y alimentos


Los primeros afrodisíacos eran plantas y alimentos, cuya forma se parecía mucho en su estado natural a los órganos sexuales masculinos o femeninos o compartían el mismo perfume que las secreciones sexuales. Cuando los antiguos griegos y romanos querían aderezar su vida sexual, bebían unos tragos de un líquido llamado Satirión (de la palabra griega sátiro, un dios que permitía los excesos sexuales), que se sacaba de una especie de orquídea con bulbos en forma de testículos humanos. Claro que desde entonces hasta la fecha las cosas han cambiado mucho y las averiguaciones en torno al tema fomentan su mística y lo aderezan con un cierto toque de experimento que seduce por sí mismo.

La lista de sustancias a las que se le asignan poderes afrodisíacos podría ser interminable y en ella aparecerían desde los huevos de avestruz, hasta la ralladura de la uña de gato. Pero como este es un tema que asumo con seriedad me limitaré a citar las nueve esencias naturales acerca de las que existe un consenso mayor en cuanto a su alta carga afrodisíaca.

Albahaca: esta especie muy usada en la cocina italiana, está relacionada con la pasión, la virilidad y la fecundidad. En Francia se le conoce como Herbe Royale (Hierba Real) lo que indica el aprecio que siente esta cultura por ella. Es empleada como condimento y también como esencia para jabones y otros productos de perfumería.

Anís: en algunos países de origen árabe estas pequeñas y aromáticas semillas se usan para estimular el deseo y evitar la impotencia.

Azafrán: la parte más empleada en la cocina es el estigma de la planta que tiene un fuerte color rojo-anaranjado y sirve como pigmento y condimento. Esta especie es muy excitante y estimula el funcionamiento de los órganos sexuales.

Curry: muy utilizado sobre todo en la gastronomía hindú, tiene un alto poder estimulante y se dice que es capaz de despertar el deseo sexual más oculto.

Enebro: es un árbol de madera olorosa, rojiza y dura que se emplea para hacer obras de arte, pero su verdadero misterio está en sus bayas de color negro azulada, con las que, desde los tiempos del Kamasutra, se recomienda preparar una infusión ideal para recuperar el vigor sexual.

Mostaza: este árbol produce una semilla comestible que se pulveriza y sirve para preparar una salsa de color amarillo e igual nombre que estimula los órganos sexuales. Antiguamente se empleaba como remedio contra la impotencia y para prolongar las erecciones.

Nuez moscada: proveniente de Indonesia, es una de las especias más poderosas como afrodisíaco por lo que se recomienda usarla en pequeñas cantidades.

Pimienta: es otra de las especies con mayor carga afrodisíaca y se le considera un poderoso excitante de la libido.

Canela: la que se emplea es la segunda corteza del árbol del canelo, y nos ha llegado como parte de la mística cultura árabe. Es de las pocas especies a las que nadie cuestiona sus poderes afrodisíacos ya sea en infusión, repostería o hasta perfumes. El solo recuerdo de su olor despierta los deseos y alimenta los deseos de sexo.

Via: lapatilla.com


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